Y así, el día llega, la hora definitiva también. Una carta anticipa que Ranma Saotome y su padre irán a presentarse oficialmente con los Tendo. Las 3 hijas se reunen en la sala de estar, nerviosas, imaginando tantas cosas como los pocos segundos que han pasado les permiten, hasta que unos gritos provienentes de la entrada les vuelven a la realidad, anuncian la llegada de Ranma Saotome.. ¿Qué tan varonil y guapo será? ¿De verdad será un buen artista marcial? ¿Con cuál de las 3 chicas habrá de casarse?

Nabiki es la primera en ir a asomarse, pero regresa consternada, seguida de un Panda atemorizante, enorme y que carga a una niña que se resiste, pero es obligada a presentarse a los Tendo.. se trata de Ranma Saotome.. ¿Ranma Saotome es una niña? Ironías aparte, ¡Ya podemos dar por olvidado el matrimonio arreglado! Ranma se disculpa ante los Tendo por tan inoportuna aparición. Soun no puede creer lo que sus ojos están presenciando (y lo que sus manos han tocado) y cae desmayado.

El semblante de las tres hijas se tranquiliza al saber que no habrá matrimonio e incluso Akane se muestra liberada, amigable y con todo ese jovial encanto que brota de sus sonrisas, le muestra a la recien llegada el dojo de la familia. Después practican un poco de artes marciales y ahí descubrimos la calidad marcial de Ranma, rápida, ágil, inteligente. Pronto vence a Akane, aunque el encuentro amistoso termina entre sonrisas y desconcierto, ya que Akane agradece haber perdido frente a una chica, pero admite que si hubiese perdido ante un hombre.. no habría podido soportar el descalabro. Akane odia a los hombres.

La declaración distorsiona el ambiente. De sonreir y demostrar calidad hasta en las derrotas, Akane ha transformado su semblante al mencionar la palabra "hombre". ¿Algún tipo de fijación? ¿Complejo? ¿Un amor despedido? Sea cual sea la razón, esto parece más complicado de lo que podría suponerse, aunque siendo cosa de chicas, Ranma podría convertirse en una amiga valiosa, capaz de descubrir eventualmente ese por qué en la actitud de Akane. No debería ser cosa seria, sin embargo, la mirada de Ranma también cambia repentimanete. Dos personas que acaban de conocerse, demuestran la primera fasceta misteriosa, en la que dos secretos muy bien resguardados pronto habrán de surgir.

Ranma se queda pensativa, meditando esa repentina muestra de odio hacia los hombres de Akane, aunque después, a consejo de Kasumi, decide ir a tomar una ducha, un baño reflexivo en el que sigue repasando lo mismo con extraña preocupación. Akane, por su parte, se entera que Ranma ha ido a darse un baño y decide acompañarla, sin embargo, al entrar al baño, desnuda, desprotegida, se percata que hay un hombre en la bañera. ¡Un pervertido se ha colado en su casa! ¿Intentará aprovecharse de Akane? ¿Pero que no era Ranma quien había entrado al baño?. [Continua, Página 2]