Y así sucede. Nova pronto hace presencia y pasa de aquellas palabras y amenazas, a la acción pura. La pelea entre las guerreras Mágicas y la tipeja esta se torna emotiva, espectacular... pero una Hikaru perdida en si misma, no es lo que más convenía al grupo justiciero, y sucede que Nova se tumba a las tres chavitas en cuestión de nada, y lo que es más, destruye la espada de Hikaru, dejándola inconsciente, derrotada, y sin más posibilidad de utilizar a Rayearth... Nova a conseguido justo lo que Debonair le había encargado, dividir y minar a las Guerreras Mágicas...

     Las tres chavitas están derrotadas, entregadas a lo que Nova dicte con ellas, pero esta, envilecida por su prematura victoria, les deja ir y les da una nueva oportunidad de reagruparse, cosa que algún día lamentará...

     Hikaru no podrá luchar más hasta que consiga reconstruir su espada, y para poder hacerlo necesita que Presea arriesgue su vida una vez más, y porque no, también la de Hikaru... Y por si no fuera poco, la desesperación llega a su climax, porque los enemigos aprovechan esta inesperada ventaja para atacar con todo y enserio.

     Chizeta y Fahren se dejan de rodeos y se aprestan a conquistarse su anhelado nuevo reino, así que Umi y Fuu dejan desprotegido Cephiro, para ir a detenerles... Ahora sí, no hay nadie que defienda el castillo, nadie que vea por toda la gente que temerosa se ha ido a refugiar allí, y lo que es más, nadie que vigile el Cuarto Sagrado donde yace la corona del Pilar en espera de su siguiente portador...

      Coronita que es objeto de los más aborazados deseos por parte de Debonair, tipeja que no titubeará en usar a cualquier pelele que tenga en mano, con tal de conseguirse la coronita, simbolismo de que Cephiro ahora le pertenecerá, ya que teniéndola en su poder, evitará que cualquier pilar que esté por nacer, pueda reclamar el trono y sus poderes.

      Así pues, HIkaru, sin saber el increible peligro que correrá, toma la fuerte decisión de recobrar su espada. La prueba es muy difícil, debe demostrar que su corazón es lo suficientemente fuerte para hacerse merecedora de una nueva oportunidad. Prueba injusta y desleal, porque su corazón no está en el momento de plenitud del que antes había gozado, la incertidumbre y la impotencia le dominan ahora, la negación y el desconsuelo le mellan hasta lo más recóndito, y la desventura le protagoniza por todos los horizontes... Pero Hikaru acepta el riesgo... ¡Hasta en la derrota es digna nuestra Hikaru!, ¡los impetus y la osadía no le abandona ni en los momentos más precarios! Lástima que la gentuza de Cephiro a la que está protegiendo no le merece ni en sacrificio ni en presencia...