Mariko tiene que obedecer al pie de la letra cada orden del Instituto, porque este, nada tonto, ha colocado una bomba dentro del cuerpo de la niña. Además, Kurama se ha retirado de la vida pública y ha dejado que su hija haga lo que tenga que hacer, ...¿otra decisión cobarde acaso?, pareciera que sí, pero el desenlace demostrará lo contario... Y bueno, así es como da inicio la batalla y Nana se adelanta primero, dejándo a Lucy con Kuota en casa. Lo que prometía ser una batalla espectacular termina como una masacre sin precedentes. Mariko acaba y humilla a Nana sin compasión.

      Justo en ese momento le entra la preocupación a Kuota y corre en búsqueda de Nana, Lucy le sigue y ambos llegan a estancias de Mariko. Aquí es donde viene el giro más importante de la serie, Kuota, al ver actuar a Lucy como la verdadera asesina que es, recuerda un obscuro pasaje de su vida que había decido olvidar...De niño, tenía una amiga con cuernos igualita a Lucy con quien compartía buenos momentos. Un día, durante un festival que iba a servir de despedida para Kuota, una niña perturbada asesinó a su padre y a su hermana, justo enfrente de el... Ahora que la memoria de Kuota empieza a funcionar y deja de negarse aquello que tanto se ha ocultado, descubre que... ¡¡esa niña resultó ser Lucy!!. El pretexto para tal acción, muy simple, los celos la mataban, Kuota había preferido pasar su último día en la ciudad acompañado de Yuka, es decir, le había preferido en lugar de Lucy.

     La niña esta, vengativa a más no poder, tomo la firme decisión de vengarse de Kuota, pero después se arrepintió de sus acciones y vivió en penitencia buscando la manera en que Kuota le perdonara algún día...aunque el daño ya estuviera hecho y la promesa de cambiar estaba puesta, Lucy siguio haciendo de las suyas por un buen rato más.

     Pero bueno, dejemos a un lado el pasado y regresemos a la batalla entre Lucy y Mariko. Lucy intenta de todo por acabar con Mariko, pero nada puede hacer frente a semejante mounstro. En pocos segundos Mariko la inmoviliza y acaba con ella. Cuando parecía el fín de todo, aparece de la nada Kurama acompañado de Nana, y se presenta ante Mariko como su legítimo padre.

      Kurama pide disculpas a Mariko por haber sido un pésimo padre y no haberle dado el cariño y cuidado que merecía. Luego la toma entre sus brazos y da la orden a un empleaducho para que haga detonar la bomba que se encontraba dentro de Mariko, así es como Kurama toma con firmeza la decisión que debió haber afrontado años atrás, y en una de las escenas más fuertes de la serie, explota junto con su hija. Atrás queda el recuerdo del hombre y de su hija, uno cobarde en su actuar y otra inocente y falta de cariño.

     Sin más, Nana lamenta lo sucedido y regresa a la pensión de Kuota, pero Lucy sabe que esto aún no ha terminado...