Carruajes del siglo XIX, barcos que surcan los cielos, dragones y ogros que conviven en un mismo lugar, magos con baritas mágicas que protagonizan el horizonte.. Un fantasioso mundo es el que abunda en Zero no Tsukaima, dispuesto a que aventureros lo suficientemente dedicados le conozcan, o bueno, que algún pobre infortunado sea invocado, desde la comodidad de su casa, a este mundo.
Y así, nos adentramos en esta historia, en la que Louise Françoise Le Blanc de La Vallière o mejor conocida como "Louise la Cero", las hace de aprendiz de maga, una muy mala por cierto. ya que por más que lo intenta, todos sus hechizos terminan explotando, de ahí su cómodo sobre-nombre.
Louise asiste a una academia para aprender las artes de la magia, ya que en Tristania los magos son la clase "alta", mientras que los que nunca aprenden magia no pasarán de plebeyos. Y por eso ser mago es importante aquí, pero Louise solo consigue fracazos, aunque durante una prueba, Louise debe convocar a una criatura que le acompañará durante el resto de su vida, útil en enfrentamientos y demás. Sus compañeras hacen invocaciones interesantes, pero ninguna es tan sutil como la de Louise, que invoca a un ser humano, a Saito, directito de la Tierra que conocemos.
Saito Hiraiga llega abducido, literalmente, a Tristania y pronto empieza a enemistar con su invocadora, notándose claramente problemático a todo lo que la niña haga, además de que Louise tiene un caracter muy fuerte y caprichudo y esto detona en una relación complicadita como la que más, desde el principio.
Sin embargo, no hay segundas oportunidades en esta trascedental prueba, así que Louise y Saito se amuelan a estar juntos, de aquí hasta que alguien los pueda separar. Y juntos, vivirán varias aventuras, llenas de misterios, de extraños poderes que brotarán de Saito, una continua superación de Louise por convertirse en una maga y claro esta, un acercamiento entre ambos, que podría ser obvio, o no ocurrir nunca.
