Japón, usualmente alejado de incidentes terroristas, sufre un ataque sin precedentes mundiales. Diez misiles son impactados en tierras niponas, aunque extrañamente, sin causar una sola muerte. Se desconoce quien está detrás este ataque.
Sea un poco por temor, o por negligencia, la sociedad japonesa va olvidando gradualmente este problema. Hay mucho misterio detrás de este ataque, así como del repentino olvido de su existencia.
Y 3 meses después, es cuándo arranca Higashi no Eden, aunque no en Japón, sino en Estados Unidos, de la mano de la que, por cierto, no es el protagonista principal de la serie.
Saki Morimi se encuentra de viaje en Washington, un merecido premio por haber terminado su carrera. Y entre el divage y el encanto, se pone a jugar con unas piedras, lanzándolas en una fuente que está en la Residencia Presidencial. Pequeño error, que inmediatamente es iman de policías. Saki está en problemas.
Saki se imagina en graves problemas, nerviosa, pero justo en ese momento aparece un chavo encuerado, con un celular en la mano, una pistola en la otra.. toda una escena. El chavo sirve de distracción a los policías, que olvidan a Saki y se van a perseguirlo. Saki agradece al exhibicionista, dejándole un poco de ropa por ahí, pero sin darse cuenta, también le deja su pasaporte.
El desnudista resulta ser.. Momento.. nadie sabe quien es, ni él mismo. El chavo ha perdido su memoria, lo único que lo distingue es su celular, bastante peculiar, ya que este comenzará a guiarlo hacia su hogar, revelando una especie de cuartel general, lleno de armamento, pasaportes falsos, y demás monerías..
Al poco tiempo Saki dará con él para reclamarle su pasaporte.. Y entonces ambos unirán camino de regreso a Japón, que ha sido atacado, una vez más.
Detrás del ataque, detrás de esas identidades, cada una, hay un juego, uno muy perturbador. Demasiado bien organizado, lleno de peligros, a punto de amenazar a toda una nación. Y Saki y su perdido amigo son la clave para evitarlo, en una serie breve, interesante, llena de conspiraciones, con momentos que te dejarán impactado. Temas políticos, sociales, estructurales, una complejidad atrayente, que se irá dibujando más y más misteriosa a cada episodio. Un anime altamente recomendable.
