Hilda cae sin control, sangrando, vencida. Apenas recuesta su cabeza al suelo, es claro que pronto perderá la conciencia. Un poco más y morirá.. Beel y Oga la miran, llenos de rabia, después las lágrimas del bebé insinúan desesperación, pero Oga intenta mantener el control. Primero debe dejar a Aoi en un lugar seguro, después habrá tiempo de enfrentar a su maldito enemigo.

Oga intenta analizar una situación que exige prisas, pero que debe ser tomada con crudeza, con cierta calma, la suficiente como para que Aoi despierte, apenada, en brazos de su amor silencioso. Los papeles se invierten, los espejos cambian de realidad y es ahora la secuestrada quien cuida de su rescatista, mientras Oga se dirige a una pelea en la que a todas luces parece que perderá.

En otra parte, una pelea insconcientemente ligada a la de Oga se sigue gestando. Kanzaki la observa a la distancia, también Yuka. Ha llegado ahí por circunstancias absurdas, pero no saben que serán testigos de un evento doblemente sorpresivo. Ver a Izuma ganando una batalla con ayuda de poderes demoniacos no es tan revelador como el golpe final que se aproxima. Toujou parece vencido, visiblemente herido, así que Izuma se arroja a asestar el golpe de gracia, pero es detenido por dos sujetos, que apenas aparecen lo atacan por la espalda. Han sido atraidos por la energía demoniaca que emanaba de esta contienda, pero están decepcionados de su fuente. Es un sujeto débil. Muy débil.

Los jueces entrometidos son otros dos ezbirros de Behemoth. Se tratan del General Graffel y el Comandante Nahga, ambos pertenecientes al 34avo. Escuadrón de Behemoth. Portan la misma ropa que Hecatos, aunque llama particularmente la atención Nahga por su rango, también por su tranquilidad y el poder que no muestra, pero que aún así se percibe.

Izuma ha sido lastimado con un sólo ataque, pero no hay un sobresalto en él. Conoce a sus rivales, el director de St. Ishiyama le hablo de ellos. También lo salvó y le dió una nueva reputación, que Izuma había perdido sin control al usar sus poderes en su anterior escuela. El pasado del demonio del Rokkisei se desprende, sólo un poco. No consigue formar apenas piezas del rompecabezas de su identidad, pero al menos desvela de que lado se encuentra peleando. Izuma se pone de pie y libera todo su poder, sabe que esos sujetos han venido por Oga y no pleanea permitirles que vayan por él.. pero la distancia de poder entre los rivales es enorme. Graffel se mueve a la velocidad del rayo y con leves movimientos arroja al suelo a Izuma. Apenas ha liberado un porcentaje ridículo de su poder y ya está encima de su oponente. Ha destruido el suelo y dejado inmovil a Izuma, a merced del golpe definitivo.

Graffel sujeta el rostro de Izuma con desdén, mientras con su otro brazo amenaza darle el golpe de gracia.. pero justo en ese instante interviene Toujou y sujeta la mano victimaria, la carga junto a Graffel y le da un cabezaso de porte. Toujou ha llegado, herido y cansado, al rescate.