La noche que parecía apaciguarse, olvidarse, ahora se extiende hasta casi eternizarse. Ni la lúgubre cobija de la noche consigue extinguirla.. y dos frentes importantes protagonizan sendas batallas. La primera, la más visible, es la de Toujou e Izuma, parece tener tintes inesperados. Izuma cambia su semblante, muy serio ya, y comienza a emanar energía oscura de su cuerpo, tanta que se desprende hasta el cielo. Ese es el verdadero poder del líder de los Rokkisei y ahora que ha sido descubierto, se lanza a toda velocidad para pelear contra Toujou..

..Pero la pelea más delicada y en la que hay más en juego es la de Oga, Hilda y Hecatos. El demonio ha tomado prisionaera a Kunieda, que fragil, inconsciente, está a merced de pactar un contrato aún contra su voluntad. Para ello no basta mucho, un poco de sangre es el requisito más inmediato, un pacto de "sangre" del que Oga desconoce cualquier procedimiento. Detallar es irrelevante, circunstancias aparte ya trae encima a un Lord Demonio, ahora lo importante es rescatar a Aoi, y no sólo por su seguridad (pretexto suficiente para intervenir ya), sino porque Hecatos se convertirá en un rival muy poderoso si realiza ese contrato.

Hilda intuye que Oga y Beel no tienen la capacidad de vencer a su rival, así que lo apropiado es un plan concienzudo. Oga distraerá al demonio con su mejor técnica mientras Hilda recupera a Aoi. El riesgo existe, pero esta pareja en acción es tremenda y verlos unidos en batalla justifica por sí solo cualquier peligro inminente.

Oga sonríe y reconoce que es interesante pelear junto a Hilda, de forma seria, por primera vez. Después sujeta su brazo derecho, acumula suficiente poder y arroja una Ráfaga Zebub que su rival detiene con su mano izquierda. Varios chorros del poder salpican de la mano de Hecatos hacia varios sitios, ha sido un ataque inefectivo, aunque ver a Oga arrojar poderes con cierta conciencia es una sorpresa.. Irrelevante para su rival. Hecatos se inclina y coloca su mano izquierda en el piso, creando un círculo de poder alrededor de él electrificado, disipando la rafaga Zebub sin apenas esfuerzo. Pero Hilda aparece detrás del demonio delatando su posición con un ataque que consigue cortar la energía que sostenía y aprisionaba a Aoi, después Oga sujeta, en el aire aún, el bello cuerpo de su amiga. El plan ha sido tran simple como inesperado.. Demasiado efectivo..

..Para ser cierto. Hecatos traspaza a Hilda con su guadaña. No hay sorpresa, no hay heroismos. Todo ha sido una trampa en la que el objetivo fue siempre la nodriza de Beel. El estómago de Hilda ha sido cortado. La sangre escurre de su boca, sus ojos pierden color, caen en la lluvia de su propio líquido vital. Su aliento se consume, pero antes de perderse en sí, Hilda se da cuenta que era el único obstáculo que ponía en peligro a Enou. Oga es un aprendiz, Beel un bebé, Aoi un utensilio reluciente.. A ojos del grupo que sigue a Enou, ella debe desaparecer..