Beel está tan perdido en sus deseos de destruir y pelear, que no se percata que está a punto de aplastar a Lamia. Oga intenta detenerlo, pero su orden no es efectiva ya, Beel está a punto de asesinarlos a los dos.. sin embargo, el guardaespaldas de la pandilla Vlad aparece y detiene el pie de Oga con sólo su brazo derecho.

Todos están sorprendidos, ese sujeto que conocieron en casa de Angélica es muy poderoso, muy misterioso. Nadie sabe su nombre, ni sus razones, pero lo que es un hecho es que está cansado del desastre que está ocasionando Beel y en vista de que Oga, su contratista, no puede controlarlo, no tiene más remedio que asesinar al bebé.. El guardaespaldas arroja a Beel a lo lejos, después prepara su ataque más mortal.. pero Oga consigue regresar a Beel a la normalidad, avisando a su hijo que es la hora de comer. No tiene control aún sobre él, tampoco sabe exactamente en que consiste el mil veces mentado "contrato" o que tipo de hechizos debe usar para domarlo en estos casos, pero improvisa y consigue salvarle la vida.

Beel regresa a su tamaño normal, sus ojos recobran el conocimiento. Para el desconocido que estaba a punto de asesinarlo, no deja de parecerle curioso lo impredecible que ha resultado ese tal Oga. No importa, el hombre misterioso dice que muy pronto se volverán a ver (también lo llama Señor de las Moscas) y usando otra joya de transportación transdimensional, desaparece del lugar.

Furuichi observa partir al extraño y está tan confundido como el resto, supone que el sujeto los ha salvado, pero Lamia se da cuenta que de haber querido, los pudo haber matado a todos. Inevitable es ver a este personaje cubierto de misterio, sus razones y la gente que está detrás de él, si es que existen, son por ahora un frente que no desvelará ninguna información.

En fin, el recuento de los daños es una ciudad medio destruida, unos ladrones que escaparon en pequeños grupos y un líder del que se desconoce su ubicación. El amo de las bestias de Vlad también se retiró, Angélica le convenció de regresar con los suyos. Y por último, la despedida entre Beel y Lamia vuelve a estar llena de lágrimas y drama (también una patada en los bajos a Oga). Furuichi quiere ser transportado a su casa con ayuda de Angélica, el que su cuerpo se divida en dos implica que podrá meterse, literalmente, dentro de ella. Degenerado y exagerado, sus fantasías no se realizan, porque Aliandelon aún está con vida. Su regreso no sorprende a nadie, al final la teoría de que había ido a otra dimensión a sanar fue la correcta. Y es él quien regresa a sus amigos de vuelta al Japón, dónde Hilda los recibe con una gran sonrisa.

Así, con una pequeña pero intensa visita al reino de los demonios, es como finaliza esta aventura. Otro aprendizaje de Oga y unas vacaciones que se alejan hasta ser parte de sus recuerdos. Ha llegado el momento de volver a estudiar y a falta de Ishiyama, todo el grupo "importante" que participó en la reciente revuelta en su escuela, es transferido a un grupo especial de otro instituto. Todos han quedado consignados en esta clase, Oga, Furuichi, Aoi, Kanzaki, Toujou y Himekawa.