Hilda pronuncia algunas palabras muy reconfortantes para demostrar su apoyo a Oga, pero después le dice que ya está listo para lo que sigue. Y lo que sigue en estos momentos no es precisamente pelear (como Oga pudiera haber deducido al principio). Lumia se levanta de su asiento y sujeta una pistola, que apunta a la frente de Oga.. es una escena perturbadora, ya que Lumia parece despiadada como pocas, su cara delata que no tendrá compasión.. y está a punto de tirar del gatillo..

.. Pero no todo es lo que aparenta. Esa "bala" se trata de una terapia de shock para reestablecer el vínculo entre Beel y Oga. Oga se da cuenta de la treta y se desespera, grita palabras como "¡Yo solo quiero pelear, no quiero recuperar a ese bebé!", pero apenas tiene tiempo de excusas. Lumia dispara el arma y lo deja inconsciente. Más que una "bala" se trata de una droga que obligará a su paciente a crecer, a convertirse en un "mejor padre del rey demonio".

Es una prueba, no la muerte, pero el proceso implica mucho riesgo. Si Oga da un paso en falso no podrá regresar nunca más, morirá sin remedio.. ¿Paso en falso? ¿Muerte? ¿En qué consiste esta prueba? Oga es transportado al inconsciente de su mente, dónde toda clase de cosas absurdas, puestas en cualquier orden, inundan su horizonte. Un camino le traza la dirección a seguir y Oga comienza a recorrerlo, mientras observa que el cielo se llena de luces, seres, cubos, un sol sonriente con problemas de la vista, un control de Playstation enterrado en la hierva y lo aún más perturbante, un Furuichi musculoso que es capaz de noquearlo.

El Furuichi musculoso explica a Oga las reglas y la situación. La niña le ha disparado un "ouroboros", que podríamos resumir en una metáfora, "Una serpiente comiéndose su propia cola". La mente de Oga se colapsará a sí misma y acabará con él si no encuentra lo que ha venido a buscar, ¿Qué ha venido a buscar a su inconsciente? El Furuichi musculoso se deja de detalles y se transforma en una clase de mecha, después sale volando a defender al infinito. Oga sigue su camino, más desesperado de lo usual, mientras girasoles con la cara de Himekawa y Kanzaki lo observan, también dos ferrocarriles con los rostros de Aoi e Hilda. Incluso un borreguito con cara de Alaindelon perturba el ambiente y le quita la inocencia a cualquier cosa que faltara por perdela en la mente de Oga.

Es un mundo sin orden ni sentido, pero Oga continúa su caminar hasta que finalmente encuentra a Beel, recostado y durmiendo en medio de un círculo con forma de sello. Un circulo que encierra otros 5 círculos más, cada uno con varios trazos y figuras que delatan un idioma innentendible para los humanos, pero que mantiene el vínculo entre Oga y Beelzebub.. Oga ha llegado a la prueba final y afuera, tanto Hilda como Lamia, se dan cuenta que ha llegado la hora crucial.

Pero los resultados de la prueba habrán de esperar un poco más, porque cambiamos de locación y dejamos atrás el cuarto de Oga para ir a una biblioteca local, dónde Toujou lee un libro mientras charla con Tora, uno de sus subordinados más importantes. La plática no tiene más tintes que la reciente pelea que ha sostenido contra Oga y como, después de todo, lo ha vencido, aunque no sin salir lastimado. Toujou no muestra orgullo excesivo, porque asegura que Oga regresará y habrán de pelear una vez más, aunque no sólo él. Kanzaki y Himekawa aparecen a interrumpir la conversación de Toujou y Tora, han regresado para unirse al siguiente asalto, apoyando.. ¿A Toujou? ¿A Oga?

Por ahora eso carece de importancia, porque a 6 horas de haberse sometido al medicamento infernal, Oga se reincorpora, sujeta a Lamia, la carga, voltea, y se prepara para darle unas buenas nalgadas. ¡Oga está de vuelta y luce confiado y listo para enfrentar a Toujou de nueva cuenta!