La noche se apacigua un poco en casa de Furuichi. Los invitados, casi todos indeseados, abandonan su cuarto, tomando cada uno su respectivo camino.. aunque el único que importa es el de Aoi. Ha dormido en la cama de Furuichi durante toda la reunión de nodrizas y demonios. Su piel ha tocado las sábanas, almohadas, dejando su olor impregnado, creando formas, dibujando ilusiones que apresuran a Furuichi, emocionado. Quiere dormir temprano por primera vez en su vida, así que cierra la puerta y se apresta a dormir en su cama.. pero Alaindelon ya descansa en la cama de las fantasías. Adiós a todos los sueños Aoiescos.
Pero la influencia de Furuichi parece haber salvado a Oga, o distraido lo suficiente a su rival para brindarle tiempo. Enou ha probado las mieles de un PS2 en tiempos de 16 bit y sin más venda, toma a sus tres nodrizas y les da una única orden. Buscar videojuegos y jugar hasta el hastio.
Y mientras Enou se crea un destino "gamer" en tiempos de guerra, su hermano acompaña a Oga, Hilda y Aoi de regreso a casa. Es un viaje interminable, parecen kilómetros y kilómetros de calle.. la situación es muy incómoda, varias verdades han sido reveladas, otras fueron demasiado tímidas y no han llegado a oidos de Aoi.. es una sinceridad a medias, un problema doble. Oga le pide a Beel que cante para que el caminar se haga menos pesado, mientras que a su lado Hilda medita como enfrentar a los enemigos que se aproximan.. y Aoi llega al climax de su distancia.. y a su casa. Los chicos se separan, se alejan en pocos segundos.
Aoi se prepara para entrar a su casa, pero en el piso se dibuja una mancha de energía oscura, comienza a hacerse más grande.. A lo lejos Hilda y Oga se percatan de esta aparición y al instante son atacados por una fuente de energía negra, proveniente de un sujeto ya esperado. Se trata de Hecatos, del octavo pilar de Behemoth.
Hecatos porta una guadaña y es un joven poderoso, de aparinecia seria, confiada. Ropa militar, una gabardina oscura, cabello largo, botas, una corbata elegante, orejas cual agallas, energía oscura a su alrededor, como si tuviese vida, como si pudiese tomar formas, sujetando cual mano el cuerpo, inconsciente, de Aoi. Es un conjunto peligroso y ha venido por Oga, aunque necesita el contrato de un humano para materializar su poder al máximo en esta realidad mortal. Es por eso que ha tomado a Aoi, sus capacidades físicas, mentales y espirituales son apetitosas para formar un lazo y tener ventaja sobre sus compañeros, que ya inundan el mundo humano.
Las advertencias de Saotome ya son entendibles, tangibles. Pero debemos cambiar de escena, aún temiendo no saber que ocurrirá con Aoi. En otra parte, cobijados bajo la misma noche que atestigua, incrédula, la aparición de los hombres de Behemoth, están Toujou e Izuma, en encuentro que parece parejo. Pero las apariencias son un reflejo incompleto, siempre caprichoso. Izuma parece menos lastimado, pero está listo para pelear en serio. Su rostro pierde cualquier expresión de nerviosismo y su cuerpo se relaja, después expulsa energía oscura, como demoniaca. Está listo para enfrentar a Toujou usando este poder.
